"Lo más,apetecible de este sitio es precisamente el sitio, el entorno. Situado a orillas del Duero, rodeado de verdor y, haciendo buen tiempo, la terraza es, sin duda lo mejor. La comida no está mal, pero es un puro trámite. Las ensaladas de chopitos y de bacalao son de lo mejorcito, aunque por lo que he visto a mi alrededor, el chuletón y los torreznos sorianos tenían muy buena pinta. El servicio, un poco caótico, atendido por jovencitos veinteañeros con buena intención, pero sin mucho acierto, faltaban de profesionalismo. No daban a basto… con la cantidad de gente que había, haciendo un tiempo magnífico. Para encontrar mesa en la terraza ha sido imposible ya que ni siquiera hay lista de espera y tienes que saltar sobre la primera que se libera, como un buitre, sin la ayuda del personal que se encontraba desbordado. Finalmente nos tuvimos que contentar de de la sala interior. Es una pena que por economizar personal profesional, haya que adaptarse al “búscate la vida”…. Pero se puede pasar un buen rato, a pesar de todo. Recomendable solo para eso…para comer bien y bien servido, hay que ir a otro sitio…."