"Muy decepcionada. Me sabe mal, igual tuvieron un mal día pero solemos ir cuando podemos a comer fuera de casa, y hacía mucho que no me sentía tan despagada. Fuimos a comer en un grupo numeroso previa reserva, con bastante tiempo de antelación. Nos sacaron tapas cada 6 personas, con raciones que eran para 2, en cinco minutos no quedaba comida en la mesa. Se supone que eran 5 tapas plato principal, y solo nos pusieron 3 y muy muy pobres en tamaño y cantidad. En cuanto a los platos principales, las personas que pidieron entrecot a la piedra se quedaron con hambre TODAS. ¿¿Cómo puede ser?? Unas cortadas muy finas, y buenas, pero una ración que es para 2 personas, teníamos que compartirla entre 4, acompañada por una ración de patatas del tamaño de un plato de café (para compartir entre 4 también, un platito de patatas con sal y arreando). Sacaron solo un campingas para todos los comensales. Tuvimos que pedirles otro para no comer con dos horas de diferencia. Muy feo. Los postres en cuanto a ración bien, pero muy poco mimo, unos trocitos de bizcocho y ya. Y a la hora de los cafés, pedimos cremaets y nos dijeron que no tenían ron. ¿En serio? No pasa nada si por las horas de servicio o la faena no da tiempo a hacerlos, ya que son bastante elaborados pero, ¿en un bar, no tienen ron? Además que estábamos de sobremesa, hablando tranquilamente, y nos quitaron hasta las copas con agua, vamos, lo que NUNCA hay que hacer, de primero de hostelería. ¡Preguntas antes de llevarte las cosas! La barra libre me río. Botellas contadas y quitándonos las cosas rápido de la mesa para que no bebiésemos mucho. En una hora habíamos comido 25 personas y estábamos saliendo por la puerta. He trabajado muchos años en hostelería y cuando voy a gastarme el dinero fuera de casa, me gusta recibir el mismo trato que doy yo, empático, con buena actitud, ofreciendo alternativas y buen humor para que la gente repita, y sobretodo, dando bien de comer, que es de lo que se trata. Nos sentimos muchos como si fuera un “sacadinero”. No pagaría más de 15€ por lo que comimos, y nos cobraron 26€. 26€ que, con la que está cayendo, me pienso mucho en qué gastarlos, y vamos, me dolió en el alma, porque con ese dinero en otros sitios te pones las botas pero bien. En fin, yo no voy a volver. Me sabe mal, pero a ver si les sirve para repensar el como hacer las cosas y mejorar un poco. Hay cosas que serán inevitables por precios o lo que sea, pero se pueden buscar alternativas, tratar los platos con mimo, poner cantidades realistas, una buena presentación, una buena atención en mesa."