"Anoche tuvimos el placer de cenar en La Guarida de Judas y disfrutar de las jornadas del marisco. La experiencia fue sencillamente excepcional. Desde el primer momento, el ambiente acogedor y el servicio atento nos hicieron sentir como en casa. Decidimos empezar con una mariscada, y no podríamos haber elegido mejor. Todo cocido a la perfección, el marisco estaba compuesto por carabineros, cigalas, gamba blanca, nécoras, centollo y buey. Cada pieza era una auténtica delicia, fresca y jugosa, con ese sabor a mar que tanto buscábamos. Era imposible decidir cuál nos gustó más, todos los elementos brillaron por su calidad y preparación impecable. Continuamos con unas mollejas de lechazo, tiernas y llenas de sabor, un plato que destacaba por su textura y ese toque tradicional tan bien logrado. Después, llegó a la mesa el solomillo de ternera, y solo podemos decir que fue el broche de oro perfecto para lo salado: carne de primera, en su punto exacto, acompañada de unas patatas que no hicieron más que elevar la experiencia. Para el postre, elegimos la tarta de queso, que resultó ser una auténtica maravilla. Suave, cremosa, con un equilibrio perfecto de sabores, fue el final ideal para una cena redonda. Todo esto lo acompañamos con dos vinos espectaculares: Quintaluna, de la bodega Ossian y Una Cepa, de la bodega Valduero. Ambos maridaron de forma sublime con cada plato, realzando los sabores y haciendo que la velada fuera aún más especial. En resumen, La Guarida de Judas nos ofreció una experiencia gastronómica que superó todas nuestras expectativas. Sin duda, un lugar para repetir y recomendar."