"Desde el principio tenía que haber sospechado. Ese camarero nervioso con la mascarilla por debajo de la nariz durante todo el servicio tenía que haber sido motivo suficiente para no entrar...pero ya estábamos allí. Fuimos a comer , de menú, lo primero fue ya avisarnos... las cervezas no entran en el menú , agua (del grifo, le faltó añadir) o vino . Pedimos 2 menús y una fuente de ibéricos, cortados a cuchillo, nos dijo, lastima que al cortar a cuchillo se le pasara quitar el moho que cubría el jamón... Esta ya llegó en el segundo plato junto con un quedo de dudoso aspecto..., el primer plato nos lo comimos más o menos bien, y los 4 cuatro primeros trozos de jamón también, pero luego, al descubrir el moho... Ya no pudimos comer más. Ni postres ni café. Le avisamos a la camarera y nos dijo que si queríamos avisaba al dueño, tampoco hacía falta, ya que él era el que nos había partido el jamón... Mira que cada día como fuera de casa en diferentes restaurantes pero esto... Lo dicho, ni en sueños."
