"Reservamos mesa a las 14:30 para una comida en familia. 15:00 y ni tan siquiera habían traído bebidas. Se pidió la comida para niños primero y a las 15:30 seguíamos esperando. Viendo que ni ponían comida ni nada para picar les pedimos que marcharan inmediatamente lo de los niños y lo trajeron. El resto de comanda seguía sin salir, ni tan siquiera los aperitivos fríos tipo jamón. 16:00 y seguíamos sin comer nada en absoluto, no nos quedó otra que decirles que empezarán a servir platos, aunque fueran los fríos o que no nos quedaría otra que pedir hoja de reclamaciones. Cuando por fin empezaron a servirlos el servicio fue incluso a peor. Se pidieron todos los platos sin sal y los pusieron con sal (a excepción de dos platos individuales), le dimos las quejas pues había personas hipertensas y nos dicen que eso lo tenían preparado y que no se le podía quitar. Si eso es así, su obligación era advertirlo al tomar nota de la comanda. Así que cuidado si sois alérgicos a algo… Los flautines de gambas estaban crudos por dentro, arroz insípido, calamares fritos blandos y empapados en aceite, platos con horrible presentación y tamaño desproporcionado (ver foto), otra cosa que deberían haber advertido para que no sobrara tanta comida. También se pidió arroz para 3 y pusieron para 4, de acuerdo que en carta ponía mínimo 2 personas, pero lo deberían haber dicho antes de poner y cobrar cuatro cuando se pidieron tres. Después de todo esto, como comprenderéis ni postres ni cafés. Nos fuimos a otro sitio. Lo que esperábamos que fuera una comida agradable en familia se convirtió en una procesión eterna de quejas y mal servicio. ¡Acabamos más tarde de las 18:00!"
